El exceso de glucosa corroe la capa externa de los nervios periféricos, llamada mielina, dejando expuesto el “conducto” por el qué se transmite información eléctrica a través del cuerpo
Quienes lo han experimentado lo señalan como una sensación de hormigueo que se convierte en ardor y que suele ser incapacitante por su intensidad y frecuencia. Se trata del llamado DOLOR NEUROPATICO, el cuál se explica cómo el daño a las estructuras nerviosas qué funcionan para tener sensaciones, por ejemplo, al reconocer la temperatura de un objeto, entre otras.
La diabetes es una de las causas del dolor neuropático, pues el EXCESO DE GLUCOSA en sangre corroe la capa externa que protege a los nervios periféricos, llamada mielina, dejando expuesto por secciones el “conducto”, por el que se transmite información eléctrica a través del cuerpo.
“La glucosa desgasta la mielina hasta que deja `hoyitos’ y el impulso eléctrico no tiene protección, por eso se produce sensación como toques o descargas”.
La especialista agrega que el daño es paulatino y afecta la función de los nervios en brazos, piernas, pecho, abdomen, en vertebras (por donde se ubica la médula espinal) o al interior de la bóveda craneal. Entonces, el afectado siente calambres, sensaciones de toque eléctrico, de ardor o picazón, o de que le caminan hormigas por la piel, pudiendo llegar a entumecer o adormecer ciertas partes del cuerpo.